Mi nombre es Sergio, pero los pibes del barrio me dicen "la hormiga negra". Vivo en una villa en las afueras de la capital, con mi tía Lili y mi tío Rubén.
Mi mamá se murió en el parto de mi hermanito Juan. En total, somos siete hermanos; y yo soy el segundo más grande. El más grande de todos es Damián, que tiene dieciséis y es flor de pelotudo. Mi tía le dice que deje de drogarse y busque un laburo. No sé para qué le dice eso si ella no es un ejemplo, si plata que agarra es plata que se juega a la quiniela. Y mi tío Rubén no se puede quejar tampoco, porque él se toma hasta el agua de los floreros y fuma como un escuerzo.
Mi papá está preso por robo a mano armada; así que yo vendo estampitas y aprendí de Gustavo, uno de los pibes del barrio, a punguear en el subte; así compro leche y pan para mis hermanos.
Gustavo dice que algún día vamos a hacer una "Sociedad de Punguistas y Asaltantes", y que vamos a ser como una mafia.
Ayer le robó el arma a su hermano de la mesita de luz y me la dio a mí. Me dijo que yo tengo que ser un genio robando a mano armada porque lo traigo en la sangre... pero yo tengo diez años solamente.
Ahora estoy entrando al mercadito del barrio...
- ¡Ey!, ¡Dame toda la guita porque te limpio!
- Para, pibe; ya te la doy, pero bajá eso, vos sos muy chico, no sabés lo que hacés.
- Sí que sé, y dame toda la guita porque se me está acabando la paciencia.
Ya lo hice, fue fácil. Es re lindo tratar mal a la gente grande y que te tengan miedo.
Sergio sale corriendo y cruza la calle sin mirar, porque un poco de miedo tiene...
En el medio de la acera, las luces de un Peugeot 504 modelo 93´lo encandilan; se oye el chirrido de las gomas frenando en el asfalto. La gente se agrupa en la esquina para contemplar el morboso espectáculo de una criatura muerta, aún tibia. Y alguien dice: "Se lo merece, recién había afanado en el mercadito de enfrente"
Mi mamá se murió en el parto de mi hermanito Juan. En total, somos siete hermanos; y yo soy el segundo más grande. El más grande de todos es Damián, que tiene dieciséis y es flor de pelotudo. Mi tía le dice que deje de drogarse y busque un laburo. No sé para qué le dice eso si ella no es un ejemplo, si plata que agarra es plata que se juega a la quiniela. Y mi tío Rubén no se puede quejar tampoco, porque él se toma hasta el agua de los floreros y fuma como un escuerzo.
Mi papá está preso por robo a mano armada; así que yo vendo estampitas y aprendí de Gustavo, uno de los pibes del barrio, a punguear en el subte; así compro leche y pan para mis hermanos.
Gustavo dice que algún día vamos a hacer una "Sociedad de Punguistas y Asaltantes", y que vamos a ser como una mafia.
Ayer le robó el arma a su hermano de la mesita de luz y me la dio a mí. Me dijo que yo tengo que ser un genio robando a mano armada porque lo traigo en la sangre... pero yo tengo diez años solamente.
Ahora estoy entrando al mercadito del barrio...
- ¡Ey!, ¡Dame toda la guita porque te limpio!
- Para, pibe; ya te la doy, pero bajá eso, vos sos muy chico, no sabés lo que hacés.
- Sí que sé, y dame toda la guita porque se me está acabando la paciencia.
Ya lo hice, fue fácil. Es re lindo tratar mal a la gente grande y que te tengan miedo.
Sergio sale corriendo y cruza la calle sin mirar, porque un poco de miedo tiene...
En el medio de la acera, las luces de un Peugeot 504 modelo 93´lo encandilan; se oye el chirrido de las gomas frenando en el asfalto. La gente se agrupa en la esquina para contemplar el morboso espectáculo de una criatura muerta, aún tibia. Y alguien dice: "Se lo merece, recién había afanado en el mercadito de enfrente"
Facundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario